El año 1980 resultó ser muy importante para los discos duros. Los ordenadores personales ganaban cada vez más terreno, los tamaños de los programas eran cada vez mayores, y la demanda por más espacio se mantenía firme. En primer lugar, IBM presentó durante junio de ese año a la unidad 3380, el primer disco duro de la historia con una capacidad de 1 gigabyte. Su peso era de un cuarto de tonelada y costaba unos cuarenta mil dólares. Hace un tiempo Federico nos mostró cómo era por dentro el 3380. En segundo lugar, una empresa joven conocida como Shugart Technology, lanzó al público el ST-506, el primer disco duro que utilizó el formato estándar de 5.25 pulgadas. Su capacidad de almacenamiento era de cinco megabytes, e hizo furor entre los usuarios de PC. Después de un tiempo, dicha empresa se convirtió en nada menos que Seagate, uno de los fabricantes de discos más grande del planeta. Al fin, un disco duro llegaba a los hogares. A partir de este punto, el ordenador de escritorio y el disco duro formaron una alianza que se ha mantenido intacta durante los últimos treinta años.
El IBM 3380 pesaba 250 kilogramos, mientras que el ST-506 fue el primero en 5.25 pulgadas
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